La presencia de agua infiltrada en el interior de los garajes subterráneos representa un problema recurrente que afecta tanto la estructura del inmueble como la calidad de vida de sus usuarios. Este fenómeno, que puede manifestarse desde pequeñas manchas de humedad hasta filtraciones evidentes, requiere una evaluación técnica rigurosa y un tratamiento adaptado a cada situación. Además, es fundamental conocer las implicaciones legales que conlleva este tipo de deficiencias constructivas, ya que pueden derivar en responsabilidades jurídicas para el constructor o promotor. Comprender el origen de estas alteraciones, sus consecuencias y las soluciones disponibles es esencial para garantizar la habitabilidad y el correcto funcionamiento del inmueble.
Origen y diagnóstico de la humedad en garajes subterráneos
El diagnóstico preciso del problema es el primer paso para abordar cualquier situación de humedad en espacios subterráneos. Las causas pueden ser múltiples y, a menudo, se presentan de manera combinada, lo que requiere un análisis pormenorizado del origen de las filtraciones. Entre los factores más comunes se encuentran la presencia de agua freática, la falta de un sistema de drenaje eficaz y las deficiencias en la ejecución de los trabajos de impermeabilización durante la fase de construcción. Identificar correctamente el origen permite aplicar el tratamiento más adecuado y evitar que el problema se repita.
Identificación de filtraciones y ascenso capilar en muros
Las filtraciones suelen producirse cuando el agua procedente del terreno circundante ejerce una presión considerable sobre los muros de contención, conocida como presión hidrostática. Esta fuerza puede superar la capacidad de resistencia de los revestimientos tradicionales y provocar la entrada de agua al interior del garaje. Por otro lado, el ascenso capilar es un fenómeno por el cual el agua presente en el subsuelo asciende a través de los poros del material de construcción, llegando a alcanzar alturas significativas en los muros. Este proceso no solo humedece las paredes, sino que también puede arrastrar sales minerales que se depositan en la superficie, generando eflorescencias y deterioro del acabado. La correcta identificación de estos dos mecanismos es crucial, ya que cada uno requiere soluciones técnicas específicas y complementarias.
Medición mediante higrometría y evaluación de la tasa de vapor
Para determinar con exactitud el grado de humedad presente en los elementos constructivos, se recurre a técnicas de higrometría, que permiten medir el porcentaje de agua contenido en el material. Este análisis resulta imprescindible para elaborar un diagnóstico fiable y planificar las intervenciones necesarias. Asimismo, la evaluación de la tasa de vapor en el ambiente interior del garaje ofrece información valiosa sobre la capacidad del espacio para gestionar la condensación. Un ambiente con alta concentración de vapor de agua, combinado con superficies frías, favorece la formación de condensación, que a su vez incrementa el nivel de humedad en paredes y suelo. La medición precisa de estos parámetros no solo orienta la elección del tratamiento, sino que también permite verificar la eficacia de las soluciones aplicadas a lo largo del tiempo.
Principales causas estructurales del problema de humedad
Las causas estructurales de la humedad en garajes subterráneos suelen estar relacionadas con deficiencias en el diseño o en la ejecución de la obra. Muchas veces, la construcción de espacios bajo rasante no contempla de forma adecuada la interacción entre el terreno, el agua y la edificación. Esto puede traducirse en una impermeabilización insuficiente, un drenaje mal dimensionado o la ausencia de sistemas de ventilación que equilibren el ambiente interior. A continuación, se examinan con detalle las principales deficiencias que suelen ocasionar problemas de humedad en estas áreas.
Deficiencias en el aislamiento y drenaje de cimientos
Los cimientos de un edificio constituyen la base sobre la cual se asienta toda la estructura, y su adecuada protección frente a la humedad es fundamental para garantizar la durabilidad del inmueble. Una de las deficiencias más recurrentes es la falta de un sistema de drenaje perimetral eficaz, diseñado para captar y evacuar el agua que se acumula en el terreno circundante. Este sistema debe incluir tubos de drenaje corrugado, rodeados de grava y protegidos por láminas geotextiles, que faciliten la filtración del agua sin obstruir el conducto. Cuando el drenaje no se ejecuta correctamente, el agua tiende a ejercer una presión constante sobre los muros, aumentando el riesgo de filtraciones. Además, las membranas impermeabilizantes aplicadas en el exterior de los cimientos deben cumplir con estándares técnicos rigurosos, como el uso de láminas asfálticas, EPDM o membranas de poliuretano, que ofrecen una barrera eficaz frente al agua. La combinación de un buen drenaje con revestimientos impermeables de calidad reduce considerablemente la probabilidad de que el agua penetre en el interior del garaje.
Condensación y falta de ventilación en espacios herméticos
Otro factor determinante en la aparición de humedad es la condensación, fenómeno que se produce cuando el vapor de agua presente en el aire interior entra en contacto con superficies frías, como paredes o techos. Los garajes subterráneos, por su naturaleza hermética, suelen presentar una ventilación limitada, lo que favorece la acumulación de vapor. Esta situación se agrava en espacios cerrados donde no existe una renovación adecuada del aire, provocando la formación de gotas de agua en las superficies y, en consecuencia, manchas de humedad y moho. La implementación de sistemas de ventilación mecánica o natural, capaces de renovar el aire de forma continua, es esencial para mantener un ambiente seco y saludable. La falta de ventilación no solo afecta la estanqueidad del espacio, sino que también compromete la calidad del aire, lo que puede repercutir negativamente en la salud de los ocupantes y en la conservación de vehículos y otros objetos almacenados en el garaje.
Consecuencias legales y económicas de un garaje con filtraciones

Los problemas de humedad en garajes subterráneos no solo generan molestias y deterioro estructural, sino que también pueden desencadenar conflictos legales y económicos de gran envergadura. Cuando las deficiencias constructivas afectan la habitabilidad del inmueble, los propietarios pueden reclamar responsabilidades al constructor, promotor o técnicos implicados en la obra. La jurisprudencia española ha establecido criterios claros para determinar cuándo una anomalía constituye un defecto de habitabilidad y cuándo puede considerarse como ruina funcional, lo que obliga a las partes a reparar o indemnizar los daños causados.
Responsabilidades del constructor bajo el marco legal de impermeabilización
El marco legal vigente en España establece que el constructor y el promotor tienen la obligación de entregar un inmueble en condiciones adecuadas de habitabilidad y estanqueidad. La Ley de Ordenación de la Edificación contempla responsabilidades específicas en función del tipo de daño y del plazo transcurrido desde la recepción de la obra. En el caso de humedades por filtraciones en garajes y trasteros, los tribunales han calificado estos problemas como ruina funcional, especialmente cuando afectan la finalidad para la que fue concebido el espacio. Las sentencias judiciales han señalado que la falta de sellado en juntas de dilatación, la ausencia de goterón en antepechos o la impermeabilización deficiente en el encuentro de zonas ajardinadas con paramentos verticales son deficiencias que comprometen la habitabilidad. Asimismo, la presencia de manchas en el solado y sistemas de saneamiento mal ejecutados, junto con pendientes y sumideros incorrectos, constituyen indicios de una impermeabilización insuficiente. Es importante destacar que no todas las fisuras o grietas afectan la habitabilidad, ya que algunas pueden ser meramente estéticas; sin embargo, cada caso debe evaluarse individualmente para determinar su impacto real en el inmueble.
Costes de reparación: presupuesto por metro cuadrado y obras necesarias
Los costes asociados a la reparación de un garaje con filtraciones pueden variar significativamente en función de la magnitud del problema y de las soluciones técnicas que sea necesario aplicar. Las obras de impermeabilización suelen implicar la preparación del soporte, la aplicación de revestimientos líquidos o membranas, la instalación de sistemas de drenaje y, en algunos casos, la protección del revestimiento mediante placas rígidas y acabados finales. El presupuesto por metro cuadrado puede oscilar considerablemente, dependiendo del tipo de material empleado y de la complejidad de la intervención. En general, las reparaciones que incluyen la inyección de resina hidrófobo, la instalación de membranas impermeabilizantes en el exterior y la colocación de drenajes perimetrales representan una inversión que puede resultar elevada, pero que resulta imprescindible para garantizar la durabilidad y la funcionalidad del espacio. Además, es fundamental considerar que los costes indirectos, como la paralización del uso del garaje durante las obras o los posibles daños a vehículos y enseres, también deben ser tenidos en cuenta en la evaluación económica del problema.
Soluciones profesionales y tratamientos de impermeabilización
La reparación efectiva de un garaje húmedo requiere la intervención de profesionales especializados, capaces de diseñar e implementar soluciones adaptadas a las características específicas de cada caso. En el mercado existen diversas técnicas y productos que, aplicados de manera combinada, ofrecen resultados duraderos y eficaces. Entre las soluciones más empleadas se encuentran los sistemas de inyección de resina, las membranas impermeabilizantes de última generación y los sistemas de drenaje perimetral, todos ellos diseñados para contrarrestar la acción del agua y la humedad en espacios subterráneos.
Inyección de resina hidrófoba y sistemas de membrana exterior
La inyección de resina hidrófoba es una técnica que consiste en introducir una sustancia repelente al agua en el interior de los muros, creando una barrera química que impide el ascenso capilar. Este tratamiento resulta especialmente efectivo en aquellos casos donde el agua asciende desde el terreno a través de los poros del material constructivo. La resina, una vez inyectada y endurecida, modifica las propiedades del soporte, evitando que el agua continúe su recorrido ascendente. Por otro lado, los sistemas de membrana exterior ofrecen una protección adicional al formar una capa impermeable en el exterior de los muros de contención. Estas membranas, que pueden ser de polietileno, EPDM o poliuretano, se instalan antes del relleno del terreno y actúan como una barrera física que impide la penetración del agua. La combinación de ambas técnicas, junto con la aplicación de pinturas bituminosas reforzadas, garantiza una protección integral frente a la humedad y prolonga considerablemente la vida útil de la estructura.
Instalación de drenajes perimetrales y tratamiento integral por expertos
La instalación de un sistema de drenaje perimetral es una de las medidas más eficaces para gestionar el agua que se acumula en el entorno de los cimientos. Este sistema se compone de tubos corrugados perforados, dispuestos en el perímetro del edificio y rodeados de una capa de grava que facilita la filtración del agua. A su vez, las láminas geotextiles protegen el conjunto de la obstrucción por sedimentos y prolongan la eficacia del drenaje. El tratamiento integral por expertos no solo incluye la instalación de estos sistemas, sino también la evaluación previa del terreno, la medición de los niveles de humedad mediante higrometría y la elaboración de un plan de actuación personalizado. Los profesionales especializados en impermeabilización disponen de herramientas y conocimientos técnicos que permiten abordar cada caso de manera específica, asegurando que las soluciones aplicadas sean duraderas y eficaces. Además, la protección del revestimiento mediante láminas de tablero o placas rígidas, junto con acabados finales de cemento, baldosa o pintura, confiere al garaje una apariencia renovada y mejora su funcionalidad. La intervención profesional también contribuye a aumentar el aislamiento térmico del espacio, proteger la estructura del edificio y mejorar la calidad del aire interior, aspectos que inciden directamente en la habitabilidad y el bienestar de los usuarios.
